
Considerado uno de los platos más representativos del país, el pollo a la brasa volvió a ocupar el centro de la atención tras la reciente edición de los Premios Summum 2025. Lo que alguna vez fue una receta reservada a pequeños negocios limeños en los años 50, hoy se ha consolidado como una tradición gastronómica que trasciende generaciones y une a peruanos de todas las regiones y clases sociales.
Su impacto en la cultura culinaria es indiscutible: se estima que en el Perú se consumen más de 200 millones de pollos al año, cifra que supera a otros emblemas de la cocina nacional como el ceviche. El reconocimiento oficial llegó en 2004, cuando fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación, y en 2010 se instituyó el tercer domingo de julio como el “Día del Pollo a la Brasa”, una celebración que refuerza su arraigo popular.
En esta edición de los premios, Primos Chicken Bar fue distinguido como el mejor restaurante en la categoría de pollo a la brasa. Fundado en 2009, el establecimiento ha sabido combinar con éxito la receta tradicional con una propuesta contemporánea. Su enfoque destaca por mantener un marinado de sabor intenso, cocción perfecta y piel crocante, acompañados de cervezas artesanales, cócteles y guarniciones que elevan la experiencia.
Junto a Primos, otros referentes del rubro también fueron reconocidos, como Granja Azul, Don Tito, Pardos Chicken, Tori, Villa Chicken y La Panka, entre otros. La variedad de estilos y enfoques confirma que la competencia en este sector se sostiene no solo en la fidelidad a la receta original, sino también en la capacidad de innovar sin perder la esencia: un pollo dorado por fuera, jugoso por dentro, servido con papas fritas y ensalada.
Más allá de su valor culinario, el pollo a la brasa representa una expresión viva de la identidad peruana. Su capacidad para reunir a familias, trascender fronteras y mantenerse vigente en un mercado exigente lo convierte en mucho más que un plato popular: es un símbolo nacional. Los Premios Summum 2025 no solo reconocen la calidad de sus exponentes, sino también celebran una tradición que continúa evolucionando sin perder su sabor original.