
De sus tabernas históricas al mejor restaurante del mundo, una ruta para comerse a bocados lo mejor de esta ciudad latina
Desde hace años Perú es el epicentro gastronómico mundial, concretamente Lima. Lo avalan rankings de bares y restaurantes, cocineros de todo el planeta, periodistas especializados y todos aquellos viajeros que hacen una parada en este país para disfrutar de su cocina. Desde el streetfood y sus tabernas históricas hasta la alta gastronomía, Perú y, en concreto, Lima, se han posicionado como un destino perfecto al que ir a disfrutar con el estómago. Su variedad de ecosistemas, entre los que se encuentra la costa, el desierto, los Andes y el Amazonas, sumados a una variedad cultural provocada por la riqueza inca y preinca, la colonización y los posteriores flujos migratorios con los que se ha dado lugar a cocinas como la chifa (fusión de la cocina china y la peruana) o la nikkei (fusión de la cocina japonesa con la peruana) hacen de este destino uno de los más ricos y vastos del mundo.
Mérito
En el barrio más hípster de Lima, entre estudios de artistas, pintores y ceramistas, de tiendas alternativas y de edificios donde el graffitti y los murales decoran las fachadas, se encuentra Mérito, unode los mejores restaurantes de la capital peruana (y, me atrevería a decir, del mundo). En sus fogones se encuentra Juan Luis Martínez, el chef que ha conseguido posicionar este local en el que sus raíces venezolanas se fusionan con las peruanas, pero también con todas las culturas gastronómicas de Latinoamérica. Su cocina es una búsqueda por tratar de trasladar a los comensales la variedad de productos que se encuentran en esta región del continente americano a través de elaboraciones llenas de sabor, productos locales y mucho gusto por la estética. La experiencia de comer en su barra, frente a su cocina, es una de las más increíbles de Lima. Tampoco hay que dejar pasar una visita por Demosu panadería en donde elaboran repostería, panes y dulces para disfrutar con café nacional, además de una carta de brunch que se ha convertido en su atractivo los fines de semana.
Antigua Taberna Queirolo
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Son casi 150 los años con los que cuenta la Antigua Taberna Queirolo, un icono sociocultural de la capital y referente entre las tabernas de Perú. Ubicado en una casona con aires europeos en el barrio de Pueblo Libre, su historia comenzó a tejerse como pulpería, esos almacenes donde los vecinos se abastecían de alimentos, medicinas, herramientas y objetos de uso cotidiano. Sin embargo, a día de hoy esta taberna está dividida en dos: por un lado, se encuentra la bodega, destinada a la elaboración y venta de vinos y piscos con uvas procedentes de sus propios viñedos y, por otro, su restaurante consagrado a la cocina tradicional peruana donde no hay que dejar de probar elaboraciones como el cau cau, el escabeche de pescado, las huevas fritas, los tamales y el chicharrón.
Juanito De Barranco
Ubicada en la plaza principal del barrio de Barranco se encuentra la taberna más mítica de Lima, coJuanito de Barran, un lugar sin el que es posible explicar la historia de las tabernas limeñas y su aporte a la cultura local. Sus puertas abrieron en 1937 en el local de un establecimiento que ya existía en 1900, un bodegón que hacía las veces de ferretería, de tienda de objetos para el hogar y de bodega, donde se despachaban insumos y algunas botellas de licor. Tras el mostrador se encontraba Juanito, quien, con 24 años –de ahí el diminutivo de su nombre– decidió modernizar su negocio comenzando a servir licores por copa y algo de picar convirtiendo este espacio en lo que es a día de hoy: una taberna donde disfrutar de su conocido chilcano (pisco con ginger ale) acompañado de sánguches como el de jamón del norte o jamón del país con cebolla morada, cilantro y ají. Todo esto amenizado con la música de Amado quien, junto a su guitarra, lleva acudiendo a este lugar cada noche desde hace décadas, para cantar entre las mesas a todos aquellos que se sientan allí a disfrutar del ambiente barranquino.
Central
Nombrado el Mejor Restaurante del Mundo de 2023 y Mejor Restaurante de Latinoamérica 2022, Central, del cocinero Virgilio Martínez, se ha convertido en una visita indiscutible de la capital peruana. Sus platos son un viaje a través de los diferentes ecosistemas y altitudes de Perú, pasando de la costa a la selva y de los Andes al desierto. De todos esos destinos trae cada uno de los ingredientes que lleva al plato permitiendo a los comensales descubrir en tan solo una comida cada uno de los Departamentos de este país convertido en continente gastronómico. En sus elaboraciones se encuentran productos nativos de cada una de las regiones, recetas tradicionales, recetas de mestizaje que ponen de relieve la cocina preinca, inca, china, japonesa o española, sabores únicos y, sobretodo, belleza; Y es que la estética de Virgilio es una de las señas de identidad de los platos de Central.
Isolina Taberna
En el interior de esta casa barranquina construida en 1906 se elabora cocina casera tradicional criolla. Su carta está llena de los platos típicos que se elaboran desde antaño en las casas limeñas, esas que se cocinan a fuego lento y con mucho amor. Isolina, además del nombre del restaurante hace referencia a Isolina Vargas, la madre de José del Castillo, su chef, quien hace un homenaje con su restaurante homónimo a su madre y a su cocina de los sabores olvidados y la comida de antaño. Esta forma de entender la cocina de casa también se ve en los platos, con una apuesta generosa al centro pensada para compartir. Elaboraciones como el ceviche, el lomo saltado o el cau cau con sangrecita (estofado de tripa y papa con sangre frita) son algunos de los platos que no hay que dejar si se pisa Isolina.
Huancauhuasi
Especializado en comida andina el restaurante Huancahuasi traslada a sus visitantes a lo alto de los Andes para conocer de primera mano la experiencia de su gastronomía de altura. Su cocina, basada en la agricultura y el producto de la tierra, se centra en las hortalizas, las verduras y las carnes, así como su casquería. De su carta, más allá de los platos tradicionales, llama la atención la carne de alpaca, en su versión de lomo saltado, y el cuy frito. Ambas exquisitas. Tampoco hay que dejar de probar el emoliente ni la chicha morada, dos bebidas indispensables para entender la cultura andina.
Bar Cordano
Frente a las puertas del Palacio de Gobierno peruano, en una casa tradicional del casco histórico de Lima Cuadrada, unos inmigrantes genoveses fundaron en 1905 un bazar que terminó por transformarse en el salón-restaurante Bar Cordano. Reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación y convertido en emblema de la ciudad, desde su apertura este local ha acogido reuniones de grandes personajes del mundo de la política, intelectuales, bohemios, artistas, músicos o periodistas. Debido a su ubicación en el mapa, por el establecimiento han pasado casi todos los presidentes de la República, pero también personalidades coetáneas como el fotógrafo Mario Testino o el premio nobel de literatura, Mario Vargas Llosa. Su interior esta plagado de carteles taurinos y de fotografías de todos los personajes destacados que han pasado por allí, además de haberse posicionado como una excelente parada para disfrutar de la cocina peruana criolla.
Fuente: viajes.nationalgeographic.com.es