“Multas de miles de soles no son nada comparado con la pérdida del prestigio de nuestra empresa”.
Por Ing. Verónica Sandoval Muñoz
Gerente General - INOQUA E.I.R.L.
Turrones bamba, pollerías con cucarachas y chifas que usan restos de comidas, han sido por desgracia malas noticias a las que nos hemos acostumbrado, como si fueran parte de la vida cotidiana en la ciudad. Sin embargo, no son solo los negocios más humildes los que presentan bochornosos incumplimientos de mínimas prácticas de higiene. Tampoco son el único objetivo de las inspecciones municipales.
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Toda clase de negocio de alimentos preparados, que pasa por elegantes restaurantes de moda, o ultra estandarizados fast foods, lugares tradicionales o recién inaugurados, restaurantes de parrilla o veganos, cafés o heladerías, todos pueden ser motivo de visitas e inspecciones de las autoridades sanitarias, ya sea de inspectores municipales cumpliendo su labor o de DIGESA, actuando en base a alguna queja de un cliente, llegando al punto de ser acompañados por personal de la fiscalía y prensa; incómodos visitantes que no dejarán espacio sin recorrer en nuestro establecimiento, dejando para la posteridad registro de nuestra impecable gestión de calidad, o todo lo contrario, exponiendo nuestro descuido y falta de compromiso con la inocuidad de los alimentos.
El cumplimiento de la R.M. 363-2005/MINSA y el uso quincenal de su Anexo 3 para autoevaluarnos es la herramienta más segura para afrontar con éxito las inspecciones inopinadas. Hagamos énfasis en las prácticas del personal: higiene y correctos uniformes, así como su concientización y conocimiento en la prevención de la contaminación.
Muchas de las sanciones son consecuencia de un mal almacenamiento, sobre todo de ingredientes perecederos. Guardar alimentos cocinados y crudos en una misma cámara es una pésima práctica que merece ser sancionada.
Es alarmante en cuantas inspecciones se encuentran plagas como insectos y roedores que lucen muy acostumbrados a la presencia humana. No hay justificación posible para estos habitantes. Que los locales vecinos permitan la proliferación de bichos solo nos debe motivar a ser más estrictos con nuestros cerramientos, limpieza y manejo de desechos.
Elementos de seguridad como extintores y señalética y certificados de Defensa Civil complementan la buena presentación de un restaurante o servicio afín. Mención aparte merece la venta ambulatoria o callejera de comidas, en donde tampoco hay excusas para ostentar los peores niveles de suciedad e informalidad de la región.
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